La naturaleza constituye el patrimonio nato de la humanidad en la tierra
y representa la fuente de abastecimiento de la oferta de bienes (o recursos) y
servicios naturales y el entorno donde la sociedad desarrolla sus actividades
de evolución. El concepto de bienes, servicios y riesgos abre y extiende el
concepto de recursos naturales y vincula los conceptos de la calidad ambiental
y la calidad de la vida, ya que un medio ambiente de calidad es aquel que
provee los bienes y servicios necesarios para satisfacer las necesidades de la
calidad de la vida y de la
protección contra fenómenos naturales adversos. Cuando las características
naturales de la estructura y función de los ecosistemas resultan de interés
para alguien, se clasifican como bienes y servicios naturales.
Los bienes
naturales son generalmente equivalentes a los recursos naturales, excepto que
han sido más explícitamente definidos e identificados por determinados sectores
como útiles para el desarrollo. Así, dentro del recurso natural "bosque",
los bienes (o recursos) naturales pueden ser fibra leñosa para madera, y para
pulpa o postes; plantas medicinales, frutas comestibles y sustancias químicas,
entre otros. Los servicios naturales derivan de las características naturales
de la estructura y función de los ecosistemas, e incluyen entre otros el flujo
de energía y materia; el almacenamiento, distribución y ciclaje de nutrientes;
la provisión de hábitat para la vida silvestre; el almacenamiento y la
evolución de germoplasma; la producción de biomasa y el control de
inundaciones.

Los bienes y servicios naturales tienen valor de acuerdo con las
siguientes categorías:
1. Pueden tener valor económico, social o cultural, y por lo tanto se
consideran importantes para las actividades corrientes de desarrollo. Los
elementos económicos (aquellos que tienen precio y participan en el mercado
monetario) son bien comprendidos. El sistema de trueque es menos comprendido,
pero no menos importante en muchos contextos del desarrollo, particularmente en
regiones fronterizas como la Selva Central. Aunque no son necesariamente
cuantificables, los componentes sociales y culturales también pueden resultar
valiosos de otras maneras. La cultura humana y los estilos de vida contribuyen
a la diversidad y la riqueza de la población. Tanto los inmigrantes recientes
como los pobladores nativos utilizan los bienes y los servicios naturales de
una zona como alimento, medicinas tradicionales, instrumentos para ceremonias
religiosas, y para proveer una perspectiva histórica. A pesar de que
generalmente los componentes sociales y culturales no se consideran en la
planificación del desarrollo, pueden tener una importancia mucho mayor de lo
que un observador externo puede apreciar.
2. Pueden tener un valor científico, y por lo tanto revestir importancia
para el desarrollo futuro. Los bienes y servicios naturales de este tipo
resultan de interés para quienes investigan nuevas tecnologías e informaciones
con fines de desarrollo. Entra en esta categoría gran parte del esfuerzo por
proteger las especies en peligro de extinción, los ecosistemas representativos,
las reservas de germoplasma, y las zonas despobladas para investigación y
control.
3. Pueden controlar el funcionamiento de los ecosistemas y por lo tanto
revestir importancia para un flujo sostenido de bienes o servicios. Así, las
actividades que conducen a la conservación, la protección y el uso de aquellos
bienes y servicios naturales requeridos para mantener los atributos ociosos de
los ecosistemas, constituyen importantes actividades de desarrollo. Entre las
mismas se incluyen los bienes y servicios naturales de control de la erosión y
de las inundaciones, la regulación del clima y el amortiguamiento químico. Su
conservación o protección constituyen actividades de desarrollo legítimas
y valiosas.
Además de proveer bienes y servicios naturales, un medio ambiente humano
presenta también una gama de riesgos o fenómenos naturales adversos que tienen
gran influencia sobre el éxito que puedan alcanzar los esfuerzos de desarrollo.
Estos fenómenos son también el resultado de la estructura y función de los
ecosistemas. Los terremotos y los huracanes son parte del flujo de materia y
energía en el ecosistema global. A pesar de que representan riesgos para el
desarrollo, también pueden originar un número significativo de bienes y
servicios naturales. Por ejemplo, los huracanes permiten la supervivencia de
valiosos sistemas de manglares , ya que distribuyen grandes
cantidades de energía que se acumula en las latitudes tropicales hacia las
zonas templadas; las inundaciones naturales y las corrientes oceánicas originan
flujos y ciclos masivos de nutrientes ; los rayos
transforman el nitrógeno no utilizable en formas útiles; las abejas, a pesar de
aguijonear, tienen un valor inconmensurable en la polinización de las flores y
en la producción de alimentos para los seres humanos .
En efecto, el proceso de desarrollo está constituido por
aquellas actividades que conducen al uso, el mejoramiento o la conservación de
los bienes y servicios, con el fin de mantener y mejorar la calidad de la vida. De
la misma manera, un "impacto ambiental negativo" es lo opuesto al
desarrollo, o sea la destrucción, el empobrecimiento, el mal uso o el
no uso de bienes y servicios, ya sea como resultado de la actividad humana o de
eventos naturales adversos.
"Destruir un bosque tropical para obtener beneficios económicos es como quemar una pintura del Renacimiento para cocinar"1

Administración ambiental
La administración ambiental tiene por objeto mejorar la calidad de la
vida humana. Comprende la movilización de recursos y la acción del gobierno
para manejar el uso de los bienes y servicios, tanto naturales como económicos.
El manejo ambiental se basa en los principios de la ecología. Utiliza el
análisis de sistemas y métodos de resolución de conflictos para distribuir los
costos y beneficios de las actividades de desarrollo en las poblaciones
afectadas, y procura proteger a las actividades de desarrollo frente a los
riesgos naturales. La identificación de conflictos es una de las tareas más
importantes en la planificación del manejo ambiental, y la resolución de estos
es una parte fundamental de lo que constituye un "desarrollo
ambientalmente adecuado".
En el mundo complejo e interdependiente en que vivimos, el manejo
ambiental es necesario debido a que las actividades de desarrollo que se llevan
a cabo en un sector afectan a la vez en forma positiva y negativa la calidad de
la vida en otros sectores. Consecuentemente, una definición adicional y
práctica de "impacto ambiental" es: las actividades de un sector que
influyen en las actividades de otro sector ("impactos fuera del
lugar") o del mismo sector ("impactos dentro del lugar"). En
efecto, si sobre cualquier "impacto ambiental" se formulan las
preguntas "quién lo causa" y "quién lo siente", están
identificándose relaciones intersectoriales. Una represa hidroeléctrica que
reduce los niveles de nutrientes en el agua y destruye así los recursos pesqueros
aguas abajo, constituye un ejemplo del sector 410 causando problemas al sector
130 de la "Lista de Actividades Económicas de la ONU" (ONU, 1969).
Igualmente, la tala de árboles para habilitar tierras de pastoreo puede
originar sedimentación en un embalse y ocasionar un problema entre los sectores
111 y 420, y si un hotel arroja sus desperdicios en el mar, y estos retornan a
su propia playa, se crea un conflicto dentro del sector 632. Debe decirse,
además, que tales "problemas" constituyen, en realidad, conflictos
entre dos actividades. Es decir, el problema no es causado solamente por la
promoción de la ganadería en desmedro de la pesca, ya que una decisión en favor
de la pesca causará a su vez un "problema" a la ganadería. Es el
conflicto lo que requiere solución.
Puede interpretarse que este concepto de "impacto ambiental"
excluye el medio ambiente; existe una gran zona desconocida entre la causa y el
efecto, si sólo se está interesado en aquellas actividades sectoriales que
causan un problema y aquellas que reciben el problema. Sin embargo, hay dos
razones básicas por las que ello no constituye aquí una importante
preocupación. En primer lugar, los lineamientos que surgirán de este trabajo
serán orientaciones para planificar el desarrollo en la etapa más temprana
posible del proceso. El tiempo, el financiamiento y el nivel de experiencia no
permiten un estudio más profundo de esa zona desconocida. En segundo lugar, los
lineamientos están dirigidos a los planificadores en los trópicos húmedos, un
bioma que se caracteriza por la falta de conocimiento disponible. Es decir, lo
que no conocemos de los trópicos húmedos es muy grande y los esfuerzos por
estudiarlos en forma profunda por cierto son necesarios y bienvenidos. Sin
embargo, no deberían ser intentados por los planificadores. Las necesidades de
la planificación del desarrollo deberían ayudar a orientar la investigación en
regiones sobre las que la información es escasa. Pero, en el contexto de
proyectos específicos de planificación del desarrollo, ni la ciencia ni la
planificación derivarán beneficios significativos de una gran inversión de
tiempo y recursos.
Los conflictos entre los riesgos naturales y las actividades de
desarrollo también existen y resultan de la confrontación entre los fenómenos
naturales que representan riesgos y la actividad humana. Los efectos de los
llamados "desastres naturales" pueden multiplicarse debido a que no
se ha prestado suficiente atención a los fenómenos naturales que representan
riesgos. En realidad, la expresión "desastre natural" es engañosa por
la siguiente razón: se culpa a la naturaleza cuando, de hecho, la magnificación
de sus efectos es responsabilidad de los que decidieron llevar a cabo proyectos
en circunstancias que ponen en peligro los mismos objetivos que las actividades
de desarrollo debían satisfacer.
Las técnicas de resolución de conflictos son bien conocidas y son
comparativamente exitosas, si se tiene en cuenta la continua existencia del
hombre en la tierra durante varios miles de años bajo condiciones muy
complejas. Si no hubiesen dado resultado, no existiría la vida como la
conocemos hoy. Los conflictos confirman la realidad en la cual vivimos; es un
mundo de incertidumbres agravadas por la escasez de información técnica, una
gran variedad de valores, intereses y opiniones, y medio ambientes que se
superponen.
Sin embargo, la mayoría de quienes han escrito sobre el tema de la
resolución de conflictos sostienen que el conflicto puede ser tanto positivo
como negativo.
Por ejemplo, el conflicto tiende a mantener límites válidos entre los grupos,
así como la estructura necesaria de los grupos, y proporciona incentivos para
la formación de alianzas para combatir a una élite exportadora.
La planificación, especialmente la planificación intersectorial, tiene
una ventaja inmensa sobre los esfuerzos para resolver los conflictos en la vida
real porque, en muchas formas, la planificación es un ejercicio, y para
participar en él es preciso cooperar. Dentro de este contexto, los individuos
que integran un equipo de planificación se comprometen mutuamente a aceptar las
reglas y los procedimientos que pueden controlarse. Las diversas partes
(especialistas sectoriales) operan con un razonamiento similar; puede inducirles fácilmente a concentrarse en criterios en vez de posiciones, y
cada una puede insistir en que los criterios de evaluación sean objetivos. El
resultado es la oportunidad de inventar opciones para la resolución de
conflictos que representen un beneficio mutuo.
Muchas actividades destinadas a usar, mejorar, conservar y proteger
bienes y servicios con fines de desarrollo refuerzan a otras actividades de
desarrollo. Los proyectos de desarrollo que requieren la conservación de los
ecosistemas para fines de manejo de la vida silvestre también conservan la
función de estabilización de suelos que cumple la vegetación y, como resultado,
los reservorios situados aguas abajo reciben menos sedimentos. Las políticas de
desarrollo que restringen la construcción en zonas de inundaciones naturales
crean posibilidades de recreación y espacios verdes cerca de zonas urbanas y
disminuyen la dependencia de costosas estructuras para el control de las
inundaciones. Una eficiente ingeniería de sistemas transforma los desechos industriales
en residuos que proveen materia prima para otras actividades de desarrollo .
Desarrollo ambientalmente adecuado
Las discusiones relacionadas con el medio ambiente y el desarrollo giran
alrededor del tema del "desarrollo ambientalmente adecuado". A pesar
de ello, el término ha sido pocas veces definido, y se ha dejado al lector
sacar sus propias conclusiones en cuanto al significado del concepto. En gran
parte, tales discusiones parecen sugerir que el desarrollo es "ambientalmente
adecuado" si es "sostenible", si no "perturba el equilibrio
ecológico", si "no causa deterioro ambiental", si no
"sobrepasa la capacidad de carga del sistema natural", y si
"evita la pérdida de productividad natural a largo plazo". Sin
embargo, incluso el análisis más superficial mostrará que tales criterios son
insostenibles; ningún proyecto de desarrollo - incluyendo la conservación -
puede responder a todas y cada una de estas restricciones.
En primer lugar, existe el problema de alcanzar los objetivos del desarrollo.
Los objetivos de desarrollo que no incluyen la calidad de vida, aunque sean
"ambientalmente adecuados", no tienen sentido, porque nadie se
beneficia de ellos. En segundo lugar, existe un problema de nivel de conjunto.
¿A qué sistema natural nos estamos refiriendo? La construcción de cualquier
estructura hecha por el hombre perturbará, o aún eliminará, los sistemas
naturales a un cierto nivel. En tercer lugar, hay un problema de decisiones.
¿Es esencial la productividad natural a largo plazo cuando debe hacerse una
elección entre fibras de madera y proteínas? En cuarto lugar, hay un problema
de adecuación. ¿Es relevante la capacidad de carga de un sistema natural cuando
puede incrementarse en forma significativa aún mediante la aplicación de la tecnología
más simple? Por último, existen problemas de claridad y de especificidad. El
"deterioro" ambiental y el "equilibrio ecológico", tienen
significados diferentes para distintas personas. ¿Un proyecto es
"ambientalmente adecuado", por ejemplo, si se mantiene el equilibrio,
pero se pierde o se agrega una especie a raíz de ese proyecto?
Para eludir tales problemas, en este estudio se define el
"desarrollo ambientalmente adecuado" como un proceso cuyo objetivo es
el mejoramiento de la calidad de la vida humana. Es un proceso de manipulación
activa de la estructura y función de los ecosistemas, con el fin de adecuar los
bienes y servicios ofrecidos por dichos ecosistemas. Minimiza el conflicto
inherente en la adecuación de ellos, maximiza el apoyo mutuo entre las
actividades requeridas, y distribuye sus costos y beneficios entre las poblaciones
afectadas. Los capítulos que siguen se basan en este concepto del desarrollo
ambientalmente adecuado.
"La Tierra proporciona lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada ser humano, pero no la de su codicia"2
1.Edward O. Wilson (1929-), biólogo estadounidense, autor del concepto "biodiversidad".
2.Mahatma Gandhi (1869-1948), abogado y activista indio.
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